COMO EVITAR LA CONTAMINACION EN EL ECUADOR
Un
desecho es un subproducto derivado de alguna actividades industrial. Es
aquello que queda después de haber escogido lo mejor o mas útil de
alguna actividad. Es un material inservible que queda después de haber
realizado un trabajo u operación. Puede referirse además a equipos
obsoletos.
Hay una muy variada gama
de desechos industriales que podrían entrar como materia prima al
Ecuador y que podrían convertir a nuestro país en un basurero
industrial.
Por un lado tenemos los
desechos de la agroindustria y la industria alimentaría, los mismos que
pueden tener residuos de plaguicidas peligrosos, contaminantes orgánicos
persistentes, y otras substancias contaminantes.
Por otro por ejemplo
está la escorias de hierro, cenizas y chatarra metálicas y no metálicas,
desechos plásticos, de papel, desechos nucleares, radioactivos,
desechos hospitalarios, equipos obsoletos, etc., etc. Muchos de estos
desechos pueden constituir una amenaza para el ambiente y la salud de
los ecuatorianos.
El reciclamiento de
varios desechos industriales de tipo metálico genera en su proceso,
contaminantes orgánicos persistentes (COPs), compuestos de alta
peligrosidad. Los COPs son químicos que permanecen intactos en el
ambiente por largos períodos, que se distribuyen en regiones geográficas
amplias y que se acumulan en ácidos grasos de seres humanos y en la
vida silvestre.
La Constitución Política
de la República del Ecuador, en su Art. 23 se establece la obligación
del Estado de garantizar el derecho a vivir en un ambiente sano,
ecológicamente equilibrado y libre de contaminación. Posteriormente
establece la obligación del Estado de promover el uso de tecnologías
ambientalmente limpias y energías no contaminantes. El Art. 90 es
específico al prohibir la introducción de desechos nucleares y tóxicos.
Finalmente establece la obligación de regular la producción,
importación, distribución y uso de sustancias que son tóxicas y
peligrosas a las personas y al medio ambiente.
En el campo
internacional, el Ecuador es signatario de varios acuerdos
internacionales que regulan o prohíben el tráfico internacional de
desechos industriales "peligrosos".
El Convenio de Basilea
trata sobre el transporte transfronterizo de desechos peligrosos. Aunque
el Ecuador es un país Parte de este Convenio, EEUU no lo es.
El Tratado de Rotterdam
que trata sobre el Consentimiento Fundamentado Previo (PIC), que se
aplicaría para los desechos PELIGROSOS como los "NO PELIGROS, para su
entrada en el país primero se realizará un análisis riguroso para
investigar previamente si estos no resultarían en una amenaza al medio
ambiente, y luego de tener seguridad en esto se daría una respuesta para
su ingreso, lo cual no se toma en cuenta en el tratado de libre
comercio. El Convenio de Montreal sobre sustancias que agotan la capa de
ozono, etc, El Convenio de Rotterdam es un acuerdo multilateral cuyo
objetivo es de promover la responsabilidad compartida y los esfuerzos
conjuntos de las Partes en la esfera del comercio internacional de
ciertos productos químicos peligrosos, a fin de proteger la salud humana
y el medio ambiente frente a posibles daños y contribuir a su
utilización ecológicamente racional, facilitando el intercambio de
información acerca de sus características, estableciendo un proceso
nacional de adopción de decisiones sobre su importación y exportación y
difundiendo esas decisiones a las Partes. El Ecuador es Parte de este
Convenio desde el 4 de mayo del 2004. Estados Unidos no lo ha
ratificado.
El Convenio de Estocolmo
sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes obliga a los países Parte a
tomar medidas para la reducción y eliminación de los COPs en el
ambiente. El Ecuador es un país Parte de este convenio, pero Estados
Unidos, no.
Los negociadores
ecuatorianos están negociando con Estados Unidos el convertirnos en el
basurero tóxico e industrial de aquellas sustancias de las que Estados
Unidos no puede deshacerse, y sin que estemos siquiera amparados por el
derechos internacional, ya que Estados Unidos no es Parte de ninguno de
los convenios que regulan el comercio internacional y la eliminación de
estas substancias peligrosas.
A
cada uno de los afluentes del ‘Gran Guayas’ llegan cargas orgánicas,
sustancias tóxicas, micro organismos patógenos, provenientes de la
utilización de químicos y pesticidas en las actividades agropecuarias de
la zona.
La situación dista de ser exclusiva de estos dos ríos y provocada sólo por el sector agropecuario. Se extiende aproximadamente al 70% de la hidrografía ecuatoriana, a la que, dependiendo del sector, llegan además los derrames de hidrocarburos y desechos de la construcción, entre otros.
En Ecuador, las principales fuentes de contaminación están en la explotación y refinación del petróleo, la minería, la construcción, los hospitales, el cultivo de flores a gran escala, la acuicultura, la transportación, la industria manufacturera…, que aparecieron y se afianzaron, conforme con las necesidades del hombre. Cada una de sus actividades afecta al aire, la tierra y el agua, y se traducen en la pérdida de la biodiversidad, el desequilibrio ecológico, la alternación de los sistemas naturales y la destrucción de los recursos que los mismos hombres requieren para sobrevivir. Un círculo vicioso que está lejos de romperse.
Así, la contaminación del 70% de los recursos fluviales, que consta en el Atlas Ambiental del Instituto Geográfico Militar (IGM), correspondiente a 2010, que a su vez recoge la información de la Secretaría Nacional del Agua, Senagua, es parte de otra realidad: Sólo el 1% de las empresas ecuatorianas aplica
políticas de protección al ambiente en sus procesos productivos, lo que en el sector se denomina Producción Más Limpia.La situación dista de ser exclusiva de estos dos ríos y provocada sólo por el sector agropecuario. Se extiende aproximadamente al 70% de la hidrografía ecuatoriana, a la que, dependiendo del sector, llegan además los derrames de hidrocarburos y desechos de la construcción, entre otros.
En Ecuador, las principales fuentes de contaminación están en la explotación y refinación del petróleo, la minería, la construcción, los hospitales, el cultivo de flores a gran escala, la acuicultura, la transportación, la industria manufacturera…, que aparecieron y se afianzaron, conforme con las necesidades del hombre. Cada una de sus actividades afecta al aire, la tierra y el agua, y se traducen en la pérdida de la biodiversidad, el desequilibrio ecológico, la alternación de los sistemas naturales y la destrucción de los recursos que los mismos hombres requieren para sobrevivir. Un círculo vicioso que está lejos de romperse.
Así, la contaminación del 70% de los recursos fluviales, que consta en el Atlas Ambiental del Instituto Geográfico Militar (IGM), correspondiente a 2010, que a su vez recoge la información de la Secretaría Nacional del Agua, Senagua, es parte de otra realidad: Sólo el 1% de las empresas ecuatorianas aplica
Entre 1994 y 2008, 384 empresas aplicaron las directrices de la Producción Más Limpia, con el apoyo de la Corporación OIKOS, el Centro de Producción más Limpia (CEPL), Swiss-Contact, entre otras instituciones, acorde con estadísticas del Ministerio de Ambiente. Para efectos de comparación, en el año 2008, constaban 38.425 compañías en los registros de la Superintendencia de Compañías de Ecuador.
Si se enfoca al sector industrial, el porcentaje de negocios que asimila las normas de la producción sustentable puede llegar al 4%, de acuerdo con el Co- presidente del CEPL, Raúl Mendizábal. Algunas industrias lo hacen por cuenta propia. Otras con el soporte de instituciones y Organizaciones No Gubernamentales, nacionales o extranjeras.